NY. Jopé, qué difícil es describirlo. Después de una barbaridad de horas entre aeropuertos, de camino al hotel que estaba en Nueva Jersey, la ciudad nos dio la primera sorpresa de la noche, y es que sin apenas darte cuenta estar cruzando el puente de Brooklyn mientras ves las siluetas de los rascacielos iluminadas al ritmo de Alicia Keys, no tiene precio. A la mañana siguiente un par de charlas y unos juegos, y después a conocer Manhattan subidos en autobuses. Ver la ciudad desde el mar, y aproximarnos a la Estatua de la Libertad (tengo que decir que me pareció pequeñita), mientras charlas y haces el tonto con tus amigos puede ser gracioso, muy gracioso. Casi tanto como subirte al Empire State y poner poses chonis a unos cuantos cientos de metros sobre el suelo. Y para ya babear por completo, cenar/tarimear en el Planet Hollywood y acto seguido Times Square por la noche iluminado. Eso, eso sí que es indescriptible. Casi tan indescriptible como la gente que he conocido, y es que no sólo éramos los de la beca, sino que más gente de nuestra edad que también son estudiantes de intercambio estaban en el hotel. Es increíble cuánto cariño se les puede coger a esas personas, y la rabia que me da que Georgia, Lousiana, Carolina del Sur, Arizona y Utah (entre otros) no estén al lado de mi casa para salir y darles un abrazo, no te puedes hacer idea de lo grande que es.
Sin duda, mi paso por NY fue breve. Pero ya sabes lo que dicen de lo que es bueno y breve.
Te dejo así con NY en los labios, la canción del título de esta entrada en los oídos, y unas fotos para la vista.
dios... NY fue lo maximo!! y si, yo tambien queria estar en la casa de enfrente para veros a todos, porque aunque fueron pocos dias, os echoo mucho de menos!! :)
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