viernes, 5 de agosto de 2011

-4: Nervios.

Son las 9:15 de la mañana y yo ya he empezado a escribirte esto. Cualquier adolescente que se precie debería de estar abrazando a su almohada en vez de pensar en cómo encajar la ropa a modo tetris en tu maleta, y por el módico peso de 23kg. Pero, una vez más me salgo por la tangente, y de momento, sólo he decidido que el vaquero que está sobre mi cama en este momento definitivamente me lo llevo... Por favor, que la próxima prenda que tenga que meter no me lleve quince minutos decidirme...

Recuerdas los nervios que te comentaba antes? Pues en estos momentos me dominan al 85%, tal como la humedad de mi querido Friendswood. Tengo cuatro días para acabar mi maleta, incluida la de mano. Tarea complicada, por lo menos, en estos momentos!

Dejando a un lado maleta y stress (a este último menos de lo que me gustaría), tengo que decir que las despedidas siguen, y el fin de semana pasado las hubo fuertes. El viernes me despedí de mi miau (Cris Mouriño Regueira, para el resto del mundo) con la compañía de super Penélope. El sábado fue mi despedida de la familia (la oficial), tenéis más abajo las fotos de un par de regalos que el clan de los Fernández me ha hecho, se adivina fácil que tienen su firma, jajajaja. Y por si no me llegara, mi prima Marta se quedó esa noche intentando que yo saliera bien en alguna foto. Ay, cóooooooooomo me reí. Juntar a un intento frustrado de fotógrafa con una  imbécil (nótese que esta última soy yo) no puede ser bueno. Y el domingo despedida con mis niños de Sheffield (me encanta ser tan discreta con vosotros). No tenéis ni idea de cuánto os voy a echar de menos, armalíos. Después de llegar de cuatro días de playeo con la autocaravana, ayer por la noche me fui a cenar con mi susodicho clan Fernández, pero esta vez, sólo los primos. Lo que se suponía que iba a ser una despedida fue un "de ti nos despedimos el lunes, si no te vamos a despedir al aeropuerto". Así que mis lágrimas se han quedado guardadas otro ratito más. Raro es en mí que todavía no haya caído ni una de esas gotitas en ninguna despedida, aunque con los nervios y cuatro días que me faltan, no sé si esto lo resistiré mucho más.

Qué quieres que te diga. Llevo soñando con una oportunidad así mucho tiempo, y ahora, no pienso desaprovecharla. Lástima es tener a gente tan maravillosa en tu vida como la que hay en la mía, porque sabes que los echarás de menos inevitablemente. Y  me da la sensación de que la que me espera al otro lado del océano también son  personajes increíbles. Me animan de verdad cuando me llegan mensajes como el de antes de ayer de mi familia americana, diciendo que "we are looking forward your arrival". Quieras o no, te animan el día, y no precisamente poco.

Me despido de ti, toca hacer muchísimas gestiones, y seguir con mi amiga "Maleta-de-23-kg". Prometo escribirte antes de surcar el cielo vigués por última vez este año.

La canción que te dejo hoy, es un clásico de Los Beatles, pidiéndote un poco de "Help!". Porque neste momento é o que preciso, alguén que me bote unha man para rematar con todo o que deixo aquí, dáme a sensación de que non é precisamente pouco. Y las fotos son de estos días. En este caso valen bastante más que mil palabras.



                                           The Beatles - Help!
















No hay comentarios:

Publicar un comentario