sábado, 27 de agosto de 2011

20: Patosidad.

Y es que así me ha ido esta semana, con una awkwardness, como por estas tierras le llaman, de las que hace tiempo que no tenía. Principalmente se lo achaco a cambiar mi schedule (horario, para los rezagados con el inglés) unas cinco veces, y cada día distinto ser la nueva de la clase, recorrerme esos pasillos tan llenos de gente, acaban haciendo estragos en mí. Conseguir hacerte un hueco entre toda esta marea es un poco difícil, la verdad. Agobia, para qué engañarnos. Pasar de tu Celso con ni siquiera cuatrocientas personas a uno de tres mil en el que solamente en tu curso hay cerca de seiscientas ochenta personas, marca una pequeña diferencia.

No sé muy bien por dónde empezar a contarte mis aventuras, si por la gente o por el instituto en sí. Si comienzo por esto último te diré que he podido tener un montón de clases diferentes debido a mis cambios de horario, cada cual más distinta y extraña. Aquí se aprenden cosas como Fashion Marketing, o Cocina, o puedes quedarte con la boca abierta cuando el primer día de clase entré en audiovisuales y vi cerca de treinta ordenadores mac de unos cuatro mil dólares la pieza, sin contar las cámaras de vídeo que varían desde los cuatrocientos a los ocho mil dólares (estos datos nos lo dijo la profesora al tercer minuto de estar sentados en la silla). Sí, aquí no se andan con chiquitas a la hora de formar a la gente.

Por si acaso te preguntas qué asignaturas tengo, si mal no recuerdo a primera tengo latín. La profesora tiene una cara de rottweiler, y creía que era una borde integral, pero he descubierto que tiene una sonrisa guardada para la estudiante española cada vez que intento comprender del todo cuáles son las tareas. A segunda tengo español, en la que he pasado de estar en el nivel más avanzado con mi amada Ms. Rodery a estar en una clase PreAP, donde el nivel también es alto, pero sinceramente, además de que el libro enseñe cosas como la neblina y la batalla, no es que me interese demasiado (es gracioso que la gente piense que eres americana y te manden leer, y después de ese momento, todo el mundo se quede mirándome con cara de "Uy, ésta me da de que no es de aquí"). Para seguir con la onda del esfuerzo después de esa tengo matemáticas, en la que este momento estamos haciendo un cubo de cartulina, viva la dificultad! Pero luego remontando algo seguimos con US History, donde nos ponen una canción para enseñarnos que Thomas Jefferson le compró a Napoleón Lousiana. A quinta tengo English, en el que amo a la profesora, sinceramente da gusto que la gente  disfrute tanto con enseñar, y ya he empezado a llevarme con la gente de esa clase cuando a principios de esta semana me parecía imposible. Después de esa clase tengo mi lunch, en el que me siento con unas amigos de mi hermana, que son encantadores, y cada vez tengo más conversaciones con ellos. Y justo cuando la hora de la siesta se avecina, soy la inteligente que tiene que rendir al máximo, porque tengo AP European History, en el que el profesor, además de ser clavado a Alec Baldwin, habla de una manera perfecta para rendirte a Morfeo. Más sueño te entra cuando miras el gracioso libro de 947 páginas exactas, y el maravilloso tema con el que empezamos es el Renacimiento y la Peste Negra. Pero todos los males se me pasan, cuando suena la campana para dar paso a la última asignatura: swimming. Ya tengo my physical, así que este lunes ya podré empezar con los entrenamientos.Todos los días tengo las mismas clases, y lo único que puede variar es hasta qué hora me voy a quedar entrenando, probablemente sea un par de horas todos los días como mínimo.

En cuanto a la gente... creo que es como a cualquier lugar que te vayas, hay de todo. En general, cuando dices que eres de Spain te miran  y te dicen "That's so cool", y de ti, sólo de ti depende que te quieran seguir hablando o quedarte callada con tu coolness. Me he encontrado a gente genial, como un par de chicas de mi clase de mates que hasta me acompañan a mi clase siguiente, la clase de historia en la que la profesora, además de ser un amor trata de hablarnos super claro a las tres extranjeras que estamos en la clase, y mis compañeros me dedican una sonrisa cuando me ven. Incluso en European History, que somos diez en clase, he conocido a tres chicas muy simpáticas con las que me río. Y por no hablar de swimming, que aunque no haya podido empezar a entrenar siempre tengo un puñado de sonrisas y es la única hora de clase donde escucho un poco de español, a parte de que tengo dos compañeras hispanohablantes muy riquiñas, mi coach es profe de español, el que después de dar las instrucciones en inglés, me las dice en castellano, a parte de para asegurarse de que las entiendo bien, para aprovechar el poder hablar con alguien que tenga español puro, recordemos que soy la única española en bastantes kilómetros a la redonda.

No puedo irme sin antes tirar un tópico abajo: lo del nivel en las clases. Como muchas otras cosas que estoy empezando a aprender de este país, aquí las barreras se las pone uno mismo. Y en los estudios, no es para menos. Tienes tres niveles diferentes, y como estoy comprobando, puedes tener una clase de matemáticas en la que estés dando qué es un cuadrado, un rectángulo, un triángulo y un trapezoide, a tener una de Historia Europea en la que ya tenga fijado el primer examen para el jueves y nos entra un tema de cuarenta páginas de letra enana y sin dibujitos ni cuadros explicativos. Sí, en este país, eres tú el que decide hasta dónde quieres llegar.

Voy a dejarte con una canción de Antonio Flores y con una foto que resume bastante mi semana. Tendréis noticias mías pronto, espero no tardar una semana en encontrar tiempo para actualizar esto. Un beso vieja Europa, te echo mucho de menos, pero ya sabes, te veo en diez meses.

Antonio Flores- Siete vidas


lunes, 22 de agosto de 2011

15: Qué simpático es comenzar el colegio con un mes de antelación.

Estoy a unas horas de comenzar mi curso escolar en América . Ay, qué emoción tengo encima. Y es que le llamo emoción, porque de momento los nervios no me han atacado. Si te digo la verdad, en este momento me parece mucho más fácil entender que hablar, en lo que al inglés se refiere. Así que ya me veo patosamente hablando con la gente, y teniendo ese momento tan típico de las pelis de llegar a la cafetería y buscar un sitio donde sentarme cuando no se conoce a nadie. Y es que te diré, que no tengo ni idea de si mi turno de comer coincide con el de mi hermana, o con el de nadie a quien conozco. Bueno, ya se sabe, si la suerte no está conmigo, mi sonrisa española maloserá que no tenga algún hueco.

En cuanto a estos días... te diré que he ido a un lago por la noche con mis amigas, y lo bien que me lo pasé mientras especulábamos de si vendrían los cocodrilos (porque al parecer en ese lago los hay) o rememorábamos la escena del Titanic, hizo que nuestras risas no se quedaran pequeñas (que por cierto, tengo que sacarle fotos a la casa de Josh, porque es una preciosidad de casa, tipo la del diario de Noah) . Pero si te preguntas si he tenido alguna historia americana de las mías... te diré que sí, que has acertado. Te cuento: aquí algo bastante típico es irte a hacer la manicura y pedicura a unos salones que ya son para eso. Y nuestra mom decidió llevarnos a las cuatro (ella, Shelby, nuestra amiga Hailey y yo) como regalito antes de empezar las clases. No sé por dónde rebosaba mi patosidad española, si por el necesitar de traducción de lo que me decía la mulleriña vietnamita que me atendió (en mi defensa tengo que decir que a ver quién entiende que "wach llo anch" es "lávate las manos"), si comunicarme con la susodicha mujer a base de golpecitos en las piernas, o si el quedarme cabeceando mientras me hacen la manicura y despertarme cuando mi hermana se está muriendo de la risa. Pero quéeeee divertido fue. La verdad es que también fue super curioso lo de irnos a un cine restaurante. Y es que sí, la vagancia de estos americanos llega hasta tener un cine en el que te sientas y te sirven lo que quieras (lo más gracioso sin duda es ver a los camareros corriendo encorvados para no dejarte ver la peli). Curioso quizás no, pero qué agradable fue ayer quedar con Gail, mi coordinadora local (LC), con una alemana y con una brasileña -la cual resulta que también va a mi instituto- y cenar con ellas además de con otra chica china y la coordinadora regional y otra LC en un restaurante construido con pivotes de madera sobre el mar. Y acto seguido la montaña rusa de madera, qué gracioso.

Sinceramente estoy teniendo such a wonderful time, como dirían por aquí. Esto de tener hermana de momento me encanta. No sólo por el tema vámonos-de-compras/ponte-mi-anillo-europeo-que-te-sienta-genial-con-tus-pantalones-nuevos, sino que me he topado con una amiga que me comprende mil veces mejor de lo que yo me podría imaginar, y con la que nuestras risas se escuchan hasta el otro lado del Atlántico. Todavía no le hemos dado tiempo a que el verano se termine, que ya estamos planeando el que viene.

Ah, como última historia te contaré, que mi querida vecina Leanne es profe en la Universidad aquí en Houston. Y  al parecer quien está estudiando la carrera de literatura es ni más ni menos que el polifacético James Franco (que si te ayuda, es el amigo de Spiderman), al cual después de suplicarle y rogarle Shelby y yo a nuestra vecina, va a intentar mover unos cables para que le conozcamos. Como anécdota queda guardada, y de las buenas, además.

Te dejo con una canción de Los Secretos, este tipo de música es delicia para mis oídos por estos lares.
Y las fotos, son de la noche del lago y del cine.
Prometo traerte alguna que otra historia pronto, después de empezar las clases estoy segura que las tendré.
Espero que te haya llegado el beso tan fuerte que te acabo de enviar.

Los secretos - Pero a tu lado











PD: Sabed que no me he olvidado de vosotros, mamá y papá. Espero hablar pronto con vosotros por skype y que me contéis qué tal esa semana en autocaravana. Y sí mami, la canción de hoy va por ti. 

miércoles, 17 de agosto de 2011

10: Comodidad

Hace ya más de una semana que aterricé por estas tierras, y la verdad es que de momento no me va nada mal. Como dice el título de este post, lo que estoy ahora es cómoda. Pero creo que no es por mí, creo que son las tierras americanas las que son cómodas. Y es que qué quieres que te diga, a veces me quedo con la boca abierta con los inventos de estos amigos. Que lo del electrodoméstico para cocer arroz tamaño mediano y grande, pasa. Que a la lavadora sólo le tengas que dar al boton de on/off, seleccionar el modo y play/pause, también (sí mami, hoy puse mi primera lavadora americana). Pero, que las farmacias sean drive thru, eso, eso ya me supera. Ya me dirán qué les costará aparcar su truck treinta segundos y entrar en la farmacia. Aunque la verdad, es que me lo tomo con mucho humor, me resulta gracioso. Son con estas cosas con las que me doy cuenta de que no sólo mi acento es español, sino que mi mentalidad también lo es. Soy europea, y eso no se puede cambiar.

Ya he estado downtown! Estuve el lunes, si no recuerdo mal. Jo, qué bien me lo pasé. No fui de turismo, la verdad no sé cuánto de turismo se puede ir por ahí. Pero Houston impone. Impone y mucho. Conducir por estas carreteras tan planas y de repente ver cincuenta mamotretos (en realidad eran muchos más) de alturas impertinentes, te hacen sentir pequeñita. Supongo que algún día de estos caminaré entre ellos. Ah, y ya he localizado el Hard Rock Café, jajajaja.

También he conocido por fin a David, el marido de Lianne. Todo el mundo me hablaba mucho de él, pero finalmente me lo presentaron ayer. Jolín, es tan encantador como su mujer. A quien conocí también ayer fue a mi LC, a mi local coordinator, Gail. Ay, qué mujer más riquiña. Me ha dicho que me va a presentar a otros students exchange y también a otros españoles que están por la zona de Houston. Pero sin duda mi gran descubrimiento, ha sido ayer probar la piscina de la casa. Qué agua más calieeente. Y la zona del jacuzzi estaba más caliente todavía. Definitivamente, es imposible tener frío de forma natural en el exterior, estoy aprendiendo que aquí eso de llevarse una chaqueta para la noche cuando refresque, es un cuento chino.

La canción que te dejo hoy por aquí es de The Kooks, porque sinceramente es la que no me deja de dar vueltas a la cabeza desde que llegué de NY. Y las fotos son de todo un poco, al fin y al cabo, sólo llevo diez días aquí.

                                                  The kooks - She moves in her own way











Pd: Que conste en acta que estoy como loca con la idea de que existe una mínima posibilidad de ir a Georgia. La verdad, me cogería un vuelo y me plantaría en Atlanta ahora mismo.

domingo, 14 de agosto de 2011

6: The lone star state.

Ya estoy felizmente instalada en Houston, Texas. En Friendswood, para ser más exactos. Y no, no me lo creo todavía. 

Como te contaba en mi anterior entrada, comprobé con un exhaustivo examen eso de que NY es la ciudad que nunca duerme. Y si ella no duerme, su compañera Nueva Jersey tampoco. Por lo menos, en el hotel Sheraton decidimos que no. Después de irnos escalonadamente, yo fui de las últimas, y a las seis y cuarto de la mañana estaba en recepción despidiéndome de la mayor de mis sonrisas. Tuve que volar sola, nadie cogía el mismo vuelo, ni siquiera nadie embarcaba por la misma zona que yo. Pero qué gracioso fue el avión. ¿Tienes en mente estos aviones carraca Vigo- Madrid que te dan la sensación de que en cualquier momento el piloto tiene que ponerse a pedalear para que arranquen los motores? Pues mi avión desde Newark hasta Houston era así, con la pequeña diferencia de que era azul y rojo hortera  y el vuelo duró cuatro horas. Pero qué quieres que te diga, creo que he perdido el miedo a volar gracias a ese avión. Probablemente el que las azafatas empiecen a cantar a modo karaoke con el micrófono y el piloto te cuente chistes al poco de pasar zona de turbulencias tiene parte de culpa. 

He de decir que estaba empanadísima, por no decir cualquier otra cosa cuando conocí a mi host family (recordemos que dormí 20 minutos la noche anterior), pero qué majos son. El abrazo que me dieron me ayudó a despertarme, pero sólo por unos instante. El sueño que tenía creo que se apreciaba hasta Vigo. Ese mismo día conocí a una neoyorquina prototipo modelo, a un amigo de mi hermano y a mi encantadora vecina Lianne (no sé si lo escribo bien, la verdad), con la que al día siguiente, después de una sesión de compras (sí, empecé ya el segundo día de estar en Houston), hicimos unas pizzas con unos amigos de Shelby. Ayyyyy, qué gracioso fue el estar cuatro adolescentes cantando de vuelta del cine (que por cierto, le sacaré una foto algún día de estos, porque tiene el letrerito blanco con letras negras, tal cual una peli). 

¿Has estado alguna vez en un parque acuático? Quéeeeeeeeeee divertido. Ayer me llevaron a uno en Galveston, con más gente, conocí a una silverado (el equipo de baile, que no es lo mismo que las animadoras) de mi instituto y a una chica de ascendencia argentina. Hasta me cogió color en la cara y todo. Aunque bueno, pensándolo bien, aquí eso es terriblemente fácil, el sol quema sólo rozarlo. Y de vuelta a casa me llevaron por la carretera que pasaba por la orilla, la verdad, una porcallada de Praia e de auga, debo de acostumbrarme a que la arena blanca y fina lo dejo para cuando vuelva a casa.

Por cierto, las carreteras y los coches. Los coches aquí. Debería de escribir una entrada sólo a los coches. Cuanto más tochos mejor. En mi casa hay cuatro coches, y la verdad es que son todos enormes. El más pequeño creo que es el precioso Covette gris metalizado. No he visto ni un mísero Citroen, en lo que llevo aquí. Son todo rancheras y monovolúmenes de tamaño importante, aquí se les llama Trucks. No quiero pensar cuántas toneladas de  CO2 emiten al día, y menos cuando vi la refinería de petróleo tan salvajemente grande que hay en Houston. Prefiero recordar el café concierto de ayer. Era un café pequeñito, debíamos de estar diez o quince personas, y tomarme un batido de vainilla mientras escuchas canciones que te suenan familiares es un lujo. Qué quieres que te diga, mis fuerzas de momento son mucho más grandes de lo que me esperaba, y ya haber estado en el high school y haber conocido a gente de mi edad a parte de mi hermana me anima, la verdad. Por cierto, ya he escogido las asignaturas para este año, y estoy dentro del equipo de natación. Además, me parece que voy a tener que hacer waterpolo también.

Bueno, no quiero aburrirte más. Creo que te estoy dando demasiado la tabarra. Escribiré pronto contando las aventuras de este país, tenlo por seguro.
La canción que te dejo por aquí es una versioncilla de los Beatles,y las fotos son del susodicho café, con mi hermana, su mejor amiga, y un extraño juego que todavía sigo sin comprender.















Pd: El título de la entrada es otra manera de llamar a Texas. Es algo que he aprendido a base de verlo en prácticamente todas las matrículas de los coches. 











6: Concrete jungle where dreams are made of.

Hola desde el otro lado del Atlántico! He decidido escribir dos entradas, porque mis palabras serían demasiado aplastantes y muchas, muchas, muchas, si quisiera contaros esta semana aquí. 

NY. Jopé, qué difícil es describirlo. Después de una barbaridad de horas entre aeropuertos, de camino al hotel que estaba en Nueva Jersey, la ciudad nos dio la primera sorpresa de la noche, y es que sin apenas darte cuenta estar cruzando el puente de Brooklyn mientras ves las siluetas de los rascacielos iluminadas al ritmo de Alicia Keys, no tiene precio. A la mañana siguiente un par de charlas y unos juegos, y después a conocer Manhattan subidos en autobuses. Ver la ciudad desde el mar, y aproximarnos a la Estatua de la Libertad (tengo que decir que me pareció pequeñita), mientras charlas y haces el tonto con tus amigos puede ser gracioso, muy gracioso. Casi tanto como subirte al Empire State y poner poses chonis a unos cuantos cientos de metros sobre el suelo. Y para ya babear por completo, cenar/tarimear en el Planet Hollywood y acto seguido Times Square por la noche iluminado. Eso, eso sí que es indescriptible. Casi tan indescriptible como la gente que he conocido, y es que no sólo éramos los de la beca, sino que más gente de nuestra edad que también son estudiantes de intercambio estaban en el hotel. Es increíble cuánto cariño se les puede coger a esas personas, y la rabia que me da que Georgia, Lousiana, Carolina del Sur, Arizona y Utah (entre otros) no estén al lado de mi casa para salir y darles un abrazo, no te puedes hacer idea de lo grande que es.

Sin duda, mi paso por NY fue breve. Pero ya sabes lo que dicen de lo que es  bueno y breve. 
Te dejo así con NY en los labios, la canción del título de esta entrada en los oídos, y unas fotos para la vista.