Ya estoy felizmente instalada en Houston, Texas. En Friendswood, para ser más exactos. Y no, no me lo creo todavía.
Como te contaba en mi anterior entrada, comprobé con un exhaustivo examen eso de que NY es la ciudad que nunca duerme. Y si ella no duerme, su compañera Nueva Jersey tampoco. Por lo menos, en el hotel Sheraton decidimos que no. Después de irnos escalonadamente, yo fui de las últimas, y a las seis y cuarto de la mañana estaba en recepción despidiéndome de la mayor de mis sonrisas. Tuve que volar sola, nadie cogía el mismo vuelo, ni siquiera nadie embarcaba por la misma zona que yo. Pero qué gracioso fue el avión. ¿Tienes en mente estos aviones carraca Vigo- Madrid que te dan la sensación de que en cualquier momento el piloto tiene que ponerse a pedalear para que arranquen los motores? Pues mi avión desde Newark hasta Houston era así, con la pequeña diferencia de que era azul y rojo hortera y el vuelo duró cuatro horas. Pero qué quieres que te diga, creo que he perdido el miedo a volar gracias a ese avión. Probablemente el que las azafatas empiecen a cantar a modo karaoke con el micrófono y el piloto te cuente chistes al poco de pasar zona de turbulencias tiene parte de culpa.
He de decir que estaba empanadísima, por no decir cualquier otra cosa cuando conocí a mi host family (recordemos que dormí 20 minutos la noche anterior), pero qué majos son. El abrazo que me dieron me ayudó a despertarme, pero sólo por unos instante. El sueño que tenía creo que se apreciaba hasta Vigo. Ese mismo día conocí a una neoyorquina prototipo modelo, a un amigo de mi hermano y a mi encantadora vecina Lianne (no sé si lo escribo bien, la verdad), con la que al día siguiente, después de una sesión de compras (sí, empecé ya el segundo día de estar en Houston), hicimos unas pizzas con unos amigos de Shelby. Ayyyyy, qué gracioso fue el estar cuatro adolescentes cantando de vuelta del cine (que por cierto, le sacaré una foto algún día de estos, porque tiene el letrerito blanco con letras negras, tal cual una peli).
¿Has estado alguna vez en un parque acuático? Quéeeeeeeeeee divertido. Ayer me llevaron a uno en Galveston, con más gente, conocí a una silverado (el equipo de baile, que no es lo mismo que las animadoras) de mi instituto y a una chica de ascendencia argentina. Hasta me cogió color en la cara y todo. Aunque bueno, pensándolo bien, aquí eso es terriblemente fácil, el sol quema sólo rozarlo. Y de vuelta a casa me llevaron por la carretera que pasaba por la orilla, la verdad, una porcallada de Praia e de auga, debo de acostumbrarme a que la arena blanca y fina lo dejo para cuando vuelva a casa.
Por cierto, las carreteras y los coches. Los coches aquí. Debería de escribir una entrada sólo a los coches. Cuanto más tochos mejor. En mi casa hay cuatro coches, y la verdad es que son todos enormes. El más pequeño creo que es el precioso Covette gris metalizado. No he visto ni un mísero Citroen, en lo que llevo aquí. Son todo rancheras y monovolúmenes de tamaño importante, aquí se les llama Trucks. No quiero pensar cuántas toneladas de CO2 emiten al día, y menos cuando vi la refinería de petróleo tan salvajemente grande que hay en Houston. Prefiero recordar el café concierto de ayer. Era un café pequeñito, debíamos de estar diez o quince personas, y tomarme un batido de vainilla mientras escuchas canciones que te suenan familiares es un lujo. Qué quieres que te diga, mis fuerzas de momento son mucho más grandes de lo que me esperaba, y ya haber estado en el high school y haber conocido a gente de mi edad a parte de mi hermana me anima, la verdad. Por cierto, ya he escogido las asignaturas para este año, y estoy dentro del equipo de natación. Además, me parece que voy a tener que hacer waterpolo también.
Bueno, no quiero aburrirte más. Creo que te estoy dando demasiado la tabarra. Escribiré pronto contando las aventuras de este país, tenlo por seguro.
La canción que te dejo por aquí es una versioncilla de los Beatles,y las fotos son del susodicho café, con mi hermana, su mejor amiga, y un extraño juego que todavía sigo sin comprender.
Pd: El título de la entrada es otra manera de llamar a Texas. Es algo que he aprendido a base de verlo en prácticamente todas las matrículas de los coches.
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