jueves, 15 de septiembre de 2011

37:Homecoming

He aquí la entrada prometida. Sé que no es del fin del semana, pero hoy tengo la tarde totalmente libre, así que me he quedado sin escusa para pasarme por aquí.

El homecoming fue la semana pasada la palabra que estaba en todas las bocas, ya sea de niños o de mayores. El baile de bienvenida al colegio, con su respectiva Spirit Week, que francamente fue lo que más me gustó. Ya que el lunes no tuvimos clase, nos quedamos sin un día chorra menos. El martes fue el Twin-Day, y mi hermana y yo nos compramos los jerseys más horrorosos que había en Forever 21. Allí nos fuimos de gemelitas totales . El miércoles fue el Character day, y con mis pelos rizos no se me ocurrió otra cosa que disfrazarme de LMFAO. El jueves fue el día de la tye-dye t-shirt, así que todos íbamos con camisetas horterísimas, pese que aquí la gente se las pone siempre. La mía era azul y ponía en la espalda bien grande: ESPAÑA, con colorines y purpurina, la cual abunda por este país. Y el viernes, el viernes fue el día que más me gustó. No sé si fue porque sólo tuve 20 minutos de clase, porque no tuve entrenamiento por una tarde de natación, porque me saqué un millón de fotos con todo el mundo, o porque es fin de semana , y eso siempre anima, pero el caso es que me lo pasé genial, pasando por los puestos de los distintos clubs y las distintas asignaturas, con los puestos de comida, de pintura, de juegos, de ropa con el nombre del high school... el caso es que me gustó muchísimo. Además del Pep rally, que básicamente consiste en juntarnos el par de miles de personas que estudiamos aquí meternos en la pista de basketball, y a gritar y a animar a nuestros jugadores de football, a aplaudir a las Silverados, a pasártelo bien, y a sentirte como en una película una vez más.  También tengo que destacar la noche del sábado, que fue la noche del Homecoming. Sinceramente esperaba que fuera algo más, pero no puedo decir que no me lo pasara bien. Fui sin date (como la mayor parte de la gente en mi instituto) a cenar a un restaurante italiano, con un grupo de gente encantadora. Y después, nos cambiamos, otra vez de vuelta a la ropa cómoda americana, y nos juntamos en casa de uno de los susodichos. Nos reímos bastante la verdad. Aunque más me reí al ver mi pelo liso tan largo. Something crazy, como dirían por aquí, jajajaja. No fuimos al baile del colegio, pero me han dicho que ya tendremos tiempo de ir en invierno, que hay otro. Así que nevermind! Y el sábado también, que no se me olvide, fui a mi primer partido de American football. Me parece increíble el movimiento en masa, el estar un cuarto de hora de atasco para ver un partido de instituto, me hace creer un poco más que aquí lo de pertenecer a algo se vive con orgullo, ya sea tu país, tu estado, tu colegio, o tu equipo. Y aunque de football sigo sin entender, me pareció la cosa más graciosa del mundo. Desde luego, América me sorprende cada día un poco más.

He aquí mis aventuras de la Spirit Week, la verdad, Homecoming decepcionó un poco, pero como siempre, me quedo con lo mejor, que en este caso no es nada menos que las sonrisas del viernes, y una celebración un tanto estúpida, pero que no por menos graciosísima del sábado, de que hace más de un mes que comencé desde cero por estas tierras, un mes que sin duda, me hace sonreír sin a penas dudarlo.

La canción de hoy es una que le tengo prometida a la señorita Marta González Méndez. Espero que te lo estés pasando genial por ese Inglaterra, mi Menda. Y recuérdalo bien: Yo mataré monstruos por ti.
Las fotos creo que puedes hacerte una idea sobre qué son. Un biquiño enorme, Galicia.


Love of Lesbian- Te hiero mucho (la historia del amante guisante)



























domingo, 11 de septiembre de 2011

33:Uno.

Lo sé, lo sé, soy un desastre, y sé que más de uno y de dos y de tres me querrá matar por haber tardado dos semanas en actualizar... Trataré de compensarlo con dos entradas en este fin de semana.

Como he comenzado esto, uno. Uno es el mes que llevo pisando estas tierras, un mes y dos días desde que dejé el aeropuerto de Peinador con unas cuantas lágrimas y unos regalos que los guardo como tesoros. A mí no me parece un mes, me da la sensación de que llevo unos cuantos más, será porque he hecho una barbaridad de cosas distintas desde que estoy aquí.

Me parece increíble que no haya dejado escrito por aquí mis comienzos con el mundo de la natación... jajajaja. Soy un paquete, como en todos los deportes y actividades que me propongo hacer, pero mira que me río. Mi semana pasada comenzó con una hora sólo de work out, que me parecía imposible levantar dos mancuernas (que no cornamusas), y mis agujetas llegaban hasta donde termina el horizonte. Meterme en el agua fría de la piscina ha sido lo que más me ha recordado a Galicia estos días. Recordar estoy recordando las agujetas de la semana pasada, parecía un pato, que ni me podía reír de lo que me dolían mis músculos de cabeza para abajo. Esta semana tengo que decir que ya aguanto con todo los pounds que me mandan levantar, que la estación de subir corriendo escaleras ya le empiezo a meter caña, y que los push-ups (flexiones) se me siguen resistiendo, pero yo lo sigo intentando. Todo esto combinado con tirones, calambres y mi crac simpático (he decidido llamarle así porque fue lo que escuché antes de que me empezara a doler) en el abdomen, ahora tengo que ir a la trainer (sí, tenemos preparadores físicos -creo que se les llama así en España- en el insti). También he aprendido a hacer el flip al acabar las 25 yardas para dar la vuelta, y lo de tirarme bien de cabeza... jajajaja, en vez de seguir nadando hacia delante me voy para abajo tal como si fuese hecha de plomo. Eso sí, a  mí que no me manden como el otro día a las seis de la mañana recuperando entrenamiento (soy la inteligente que se olvida el bañador para nadar, hurray!), aún despertándome, hacer ocho doscientos freestyle... pero ya noto que empiezo a mejorar a pesar de seguir siendo una torpeza humana, y eso, me anima.

He de decir que me he sacado de AP European History. Que no, que yo no me meto en una clase donde el profesor el día del examen te dice que te pone los dos temas juntos, y las tres horas diarias que me pasé estudiando para traducir e intentar hacer la síntesis de los piques Francia-Inglaterra, ahora pasan a ser los de un siglo más, con sus correspondientes cuarenta páginas más. Que prefiero mil veces más mi clase de Jewelry, con mi proyecto de estar haciendo una pulsera.

Otra cosa que me sigue asombrando de estos americanos es la variedad de comida. Que si vietnamita, que si mexicana -de este tipo hay en abundancia- que si italiana, que si israelí, que si griega... pero es que a todo, a todo, le tienen que meter algo picante. Y también tienen todo en botecitos y envasado, siempre tengo la sensación encima de que no existe la comida auténtica.

Pensando en lugares o cosas interesantes que haya hecho, puedo decir que he ido a un asiático a cenar la semana pasada, donde te cocinaban la comida delante de tus narices, un espectáculo de los grandes. También mi padre americano me ha estado enseñando el proyecto en el que está trabajando: está en la NASA, programando el software de un cohete para la Estación Espacial Internacional. Pero creo que si tengo que narrar mi gran aventura patosa, sin duda ha sido la de este viernes después del cole. Ay, jajaja, creo que mi patosismo llega a lugares inimaginados. Te cuento: mi hermana y yo nos fuimos después del cole, al barco de mis vecinos David y Leanne. Nos fuimos al Victory Lake, donde las casas que hay a pie del lago son una locura, todas y cada una con embarcaderos dignos de película. El caso es que me ofrecieron hacer wakeboard y esquí acuático. Y yo, evidentemente, dije que sí, que yo eso no me lo perdía por nada del mundo, pero avisé de que no tengo ni idea. Ay, qué paciencia tienen conmigo. Shelby me ha dicho que soy la primera persona que ve que no es capaz de ponerse en pie sobre el agua del ataque de risa tan grande que me entró. Que cuando me decían que mantuviera los brazos firmes salía volando de morros contra el agua, que cuando tenía que tener las piernas flexionadas se me salía la tabla de los pies... jajajajajajaja, lo dicho, mi torpeza cada día más llega a lugares inexplorados.

Me parece que ya no queda mucho más que contar, y bueno, lo que queda, se lo dejo a la siguiente entrada!

Te dejo con una canción que por aquí es prácticamente imposible de encontrar, el rap está empezando a aplastarme los sesos. Y las fotos, son de mis aventuras de estos días, como dirían los de MasterCard: no tiene precio.

Burning - Una noche sin ti



















Pd: ya he montado en el Corvette descapotable gris metalizado de mi padre, el coche fantástico se queda corto, jajajaja.