viernes, 15 de junio de 2012

305: There are many things that I might get used to, but never say goodbye to those who I love.

Son las 4:20 de la mañana y estoy en pie. No hago otra cosa más que dar vueltas en mi cama, así que he decidido hacer algo productivo, ya que al parecer estar despierta desde las tres y media parece no importarle a mi cabecita. Sé que podría actualizar este blog por última vez mañana, pero prefiero hacerlo mientras sea capaz de escribir estas palabras sin arrojar demasiadas lágrimas. Créeme, después de las primeras seis millones el cuerpo te va pidiendo descanso.

En cuarenta y ocho horas estaré de camino al aeropuerto. Normalmente trato de no pensar en ello, pero cuando empiezas a ver la altura desde lo alto del precipicio, es difícil ignorar la caída. Me he dado cuenta que las noches pueden ser muy largas cuando extrañas pesadillas y el insomnio se convierten inconscientemente en tus compañeros. Probablemente te has preguntado en los últimos meses qué ha pasado, porqué he dejado de contarte mis aventuras de sombreros de cowboy y música country a todo volumen en black trucks. Mi respuesta no es nada más egoísta que decidir dejar de contar mi vida,  probar suerte y tratar de vivirla lo mejor posible los meses que me han quedado. Y créeme, ahora pago cuentas por ello. Amistad es una de esas palabras que he descubierto que en esta parte del océano también tiene un significado. Que cruzar los pasillos del colegio mientras mis amigos me gritan "LAUHHRA from ESPAIN" para que aquellos que eran desconocidos ya no lo sean tanto son detalles que marcan la diferencia. Que los abrazos significan algo nuevo cada vez que los damos. Me he dado cuenta que los momentos de las películas americanas han dejado de pertenecer a este exclusivo grupo y se han convertido parte de mi día a día. Que callar a la razón y escuchar al corazón por una vez me ha dado las mejores ocho semanas de mi vida. Enamorarse del chico que conduce mientras canta country a un volumen canallamente elevado de camino a la playa tiene la mayor de las culpas de que mi corazón se sienta arraigado a esta tierra más que nunca. No es fácil asimilar que ya no va a aparecer por la puerta sorprendiéndome con mi helado favorito hablando un español roto que hace reírme durante toda la tarde, ni el salir en el barco con mis padres y con la música de los barcos vecinos decidir sacarme a bailar en la popa del barco, ni de las tardes que vamos a Zio's mientras tratamos de descubrir el porqué la comida italiana es la mejor. Pero sé que si hay algo que no va a ser fácil, es no vivir con mis Ragsdale. Qué tonto considerar familia a alguien que ni siquiera hablan el mismo idioma que tú, ¿verdad? Eso díselo a la Laura de hace un año, porque la de este mismo instante te dirá que probablemente tengas razón cuando dices que "familia sólo una, y como la mía ninguna", pero que cuando alguien te da abrigo y te abre las puertas de su casa, te apoya en tus decisiones, trata de echarte una mano cuando a ti te faltan y apoyan la suya en tu hombro cuando las lágrimas se te caen sin poder evitarlo, cuando te llevan a conocer el mundo que tanto siempre he querido recorrer, cuando he descubierto qué es ser la hermana mayor, o tener un chihuahua devorador de zapatos en general, cuando aún habiendo sido ellos los que lo han compartido todo contigo sean los que están agradecidos, cuando todo eso ocurre, tengo que decirte que puede que me haya vuelto loca, pero a eso es a lo que llamo yo familia. Que sí, que sé muy bien que cuando piensas en Texas la imagen de un cowboy en medio de un árido desierto mascando tabaco al ritmo de un banjo y música country es probablemente lo primero que te salta a la cabeza, porque eso solía ser lo que me pasaba a mí. Pero he caído en un lugar donde estoy rodeada de lagunas, bosques y más fauna junta que he visto en mi vida -no son ni las seis de la mañana y llevo escuchando a los pájaros desde hace rato-, siento si un mito acaba de caer con mis palabras. Que he visto al cielo y a las nubes darme las panorámicas más extrañas y maravillosas que nunca he visto.  Salir a la calle en medio de una tormenta entre risas mientras te empapas hasta el alma mientras te das cuenta de cómo han cambiado las cosas, tanto las que están dentro como fuera de ti, incluso diciendo esta frase sin ser completamente consciente a día de hoy, hace que hasta el último minuto valga la pena.

Sé que me voy sabiendo que entrelazaré mi vida con este sitio y su gente.
Que tal como dije hace un año, a lo vivido, sonreído.
Es hora de volver a la vida que dejé hace más de diez meses atrás, de recuperar los abrazos y el tiempo que dejé suspendido, de pasear por las calles de Vigo entre risas y los míos.
De saber que he tenido la grandísima suerte de vivir esta maravillosa aventura y recibir el mayor regalo de haberme encontrado conmigo misma.
Dejo aquí lo que me queda de corazón, pero te prometo que volveré a recuperarlo.
He escrito mi propia historia, y firmando aquí con una lágrima y una sonrisa cierro este capítulo.

Houston, tenemos un problema.

                                         Queen - Bohemian Rhapsody
































 Siempre habéis estado ahí, incluso si sólo ha podido ser a través de una pantalla. Gracias.