lunes, 9 de enero de 2012

150: Año nuevo, sonrisa nueva.

¡Aquí me tienes de vuelta! Al parecer la palabra momentánea en mi vocabulario dura casi una semana. No sé dónde se esconde el tiempo, y es que a penas tengo tiempo para sentarme aquí y contarte lo mejor que puedo cómo me va. Pero para que conste, me gusta encontrarme contigo de vez en cuando. 

Cumpliendo mi palabra, tengo que contarte un par de historias que me guardé. Una es el Winterball "Where dreams do come true". El baile de Invierno, el de las películas, con la única diferencia de Prom en que este baile son las chicas que piden a los chicos ir al baile. Tal cual como en una película, después de que los chicos te vengan a buscar a casa, y después de habernos sacado las fotos grupales bajo un cielo de película, allí nos fuimos todos a cenar al Hilton. Es gracioso, por un momento te sientes una actriz de los Oscar cuando entras en el hall con una alfombra roja, limusinas en la puerta del hotel escupiendo adolescentes de vestidos largos y esmoquins. Y tal cual como Cenicienta, a las 12 los que quedábamos, nos fuimos para casa para preparar un arroz a la cubana por esta servidora...jajajaja si es que siempre tengo que meterle mi toque por en medio.

Otra historia que no me puedo dejar atrás son mis vacaciones en Colorado. Y qué mejor manera que cruzar medio país que en un Road Trip. Después de 21 horas en el truck, llegamos a nuestro apartamentito en Keystone. Como una niña pequeña, empecé a jugar en la nieve tan pronto tuve ocasión, sacar miles y miles de fotos rodeada de esos pinos tan altos y los rayitos de sol que hizo no tuvo desperdicio. Breckenridge es una ciudad que tuvo todo el encanto de Navidad. Ella, su restaurante subterráneo, y la mejor pizza del mundo (que no estaba en el restaurante anterior jajajaja). Algo que no me puedo saltar, son mis inicios en el mundo del snowboard. ¡Mamá, no sé cómo no nos vamos a vivir a Navarra e irnos a esquiar cada día! jajajajaja Que sí, que me digan que eso se me da muy  bien, que las culadas que me metí son la cuarta parte de lo que la gente se mete por primera vez, pero yo te sigo diciendo que soy un pato mareado. Que mi momento me-subo-al-telesilla-con-todo-el-equipo-me-bajo-pegándome-la-torta-del-siglo no me lo quitas. Eso sí, el estar en la cumbre de la montaña, ver las montañas allá abajo, el paisaje completamente nevado con un sol precioso, deslizarte por la ladera, y tomarte un chocolate calentito mientras recompones, son momentos que añado a mi lista de "Cosas que el dinero no puede comprar". Pero sin duda, lo que hizo mis Navidades mucho más Navidades y un poco menos Christmas, fue el tener a los míos un poco menos lejos con mucha ayuda del Skype. Decirle al abuelo que qué bien le queda ese jersey nuevo, a mamá que qué guapa está, a papá que suba el volumen de la tele al tomarte las uvas, meterte con tu hermano y saludar a tu cuñada, que tus primos te pongan al día de cómo va tu ciudad y sus vidas (aunque uno que me sé yo casi provoque un infarto masivo con todas mis amigas cuando se presentó de traje), ver cómo mi gordito Marquitos se hace más grande, cantar villancicos de Navidad con la misma descoordinación y desafinación de siempre, hace que el cariño de Galicia llegue a cualquier parte que se lo proponga. 

Poco me queda ya que contarte. He añadido a mi lista de cosas americanas tomar el Brunch con familia y allegados, jajajaja. Querido, si tienes pensado ir a uno, vete en ayunas, porque si eres de los que como a mí, la comida le pierde, vas bueno... jajajaja 

Y Fin de Año, ¡que no se me olvide! Creo que es de las celebraciones que más me ha chocado. Ha sido totalmente raro. Pero no por ello peor. Todos nuestros amigos (se entiende que los de Shelby y los míos, que vienen a ser los mismos a efectos prácticos) se vinieron a eso de las diez, y alguno que otro, divertido y sorprendido, decidió unirse a tomarse las uvas conmigo. En vez de la primera sintonizamos Times Square, y como primera celebración del año nos tiramos a la piscina. Más de uno no teníamos la intención de dormir esa noche. Y a eso de las siete y media, en vez de unos churros, a cuatro locos y a mí se nos ocurrió la idea de ver el primer amanecer del año. Qué idea amigo. Creo que es de los paisajes más bonitos que he visto en mi vida. Y ese momento,  no lo cambiaría por nada del mundo. 

Creo que por hoy es suficiente. Te dejo con un bombardeo de fotos, y con un beso muy fuerte.

                                           Eric Clapton - Tears in Heaven 










































PD: No puedo terminar esta entrada sin nombrar dos personas. Una es mi querida Sandra, feliz primer día de cole cousiña, recuerda que va a hacer algo más importante que la distancia para que me olvide de ti. Y la otra persona, creo que ya se ha dado por aludida, y olvídate de las malas fechas. 

PS2: And of course, Eric, this one is for you. Thank you for this wonderful McFlurry, you are the best American brother in the whole world!

PS3: No Jefe, I don't have any quote for you today in my blog, hahahahaha.

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